Un elenco de estrellas eróticas de las modelos de tetas grandes de hoy en día se reúnen para un gigantesco festival de sexo entre tetas. Con la ayuda de Pussygirl Taylor St. Claire, Pussyman David Christopher continúa su búsqueda del reparto perfecto en su paraíso de las tetas grandes.
Las cuatro tetas que estas dos chicas traen a la fiesta seguro que satisfacen hasta los apetitos más sanos. Demonios, estas chicas podrían ir a África y alimentar a toda una nación mucho mejor de lo que jamás podría hacerlo el grupo benéfico de Sally Struthers. Además, ¡seguro que saben follar!
Un grupo piensa que unas tetas enormes del tamaño de las que lleva Kayla Kleevage son demasiado grandes. Un segundo grupo piensa que el primer grupo es una panda de retrasados. El segundo grupo tiene razón y el primero debería disculparse por su propia estupidez.
Las tetas de Taylor no necesitan ayuda para mantenerse erguidas, pero cuando se enganchan en la parte delantera de su vestido, definitivamente sirven para echarse unas risas. Como una carroza gigante de Acción de Gracias en el desfile de Macy's, puede que sus tetas no sean los globos más ágiles del mundo, pero seguro que dan mucha alegría a la gente.
Tratan de mantener una mano en sus pezones en todo momento para evitar que sus divertidas bolsas se balanceen demasiado hasta el punto de tensarse un poco. Lo último que quieren estas chicas es que se les revienten las mamas... ¡pero eso no les impide reventarse mutuamente las tetas con una gran variedad de juguetes sexuales!
Con Candy Cox y Kat Kleevage sirviendo al mismo hombre, uno tiene que preguntarse cuánto debe ser el peso combinado de sus sacos de leche... En serio, cuando le montan la cara y la polla al mismo tiempo, está cargando con al menos veinte libras de teta... esperemos que su silla de jardín sea lo bastante robusta para soportarlo. ¡Descárgatelo y descúbrelo!
Entre bastidores, donde todos estos globos aerostáticos se hinchan para despegar durante las primeras horas de la mañana, es un lugar estupendo para pararse a tomar una taza de café. Por lo menos, puedes estar seguro de que la cocina de este plató nunca se quedará sin leche.