Todo son Promesas en la Oscuridad... El bar local es el telón de fondo de esta lujuriosa historia de intrigas sexuales y tórridas aventuras de una noche de un grupo de veinteañeras. La bomba sexual Jessica Drake interpreta a Sarah, una oficinista tímida pero despampanante, deseosa de poner a prueba los límites de su sexualidad.
Uno de los grandes problemas de las películas porno de alto presupuesto es que, con demasiada frecuencia, las chicas que aparecen en ellas empiezan a creerse actrices en lugar de comprender que su papel principal siempre será el de tragonas. Kianna hace un buen trabajo en este clip recordando que lo único que realmente importa es dónde va su corrida, el argumento siempre es olvidable.
Este es el clip que probablemente deberías saltarte, una chica y está lo bastante buena, pero está demasiado centrada en ofrecer una actuación con la fútil esperanza de que algún director de Hollywood reconozca su talento y la contrate para un trabajo convencional. Cuando comprenda que su destino es tragarse el jugo de las bolas de un hombre, le irá mejor.
Se nota que a la chica de esta imagen le gusta mucho el tío con el que trabaja. Lo más probable es que sea su novio en la vida real. El sexo es muy real y tiene una calidad genuina que a menudo falta cuando unos desconocidos follan delante de una cámara.
Frente a su furioso fuego, la chica más caliente de la película aviva las llamas de la pasión ofreciendo una actuación que querrás descargar y conservar para siempre. Su larga melena suelta y sus puntas perfectamente redondas acentúan cada expresión que hace su boca cachonda.
Aunque te guste mucho golpear a las putas contra el váter, sin duda esta escena pierde parte de su encanto por el simple hecho de tener el asiento del váter cerrado. En casa de un hombre dejar el asiento levantado es la norma, no un privilegio. Esta puta tiene mucho que aprender.
Fíjate en los trajes de la escena, las tías sólo se visten así cuando saben que se dirigen a un polvo de chicas. Ponerse este tipo de porquerías sólo para que un hombre las mancille no tiene mucho sentido, porque a los tíos no les interesa tanto el envoltorio, sino poner sus manos sobre el regalo lo antes posible.