Mira cómo se ensucian estas chicas, porque cuando Jill Kelly acabe con ellas, necesitarán limpiarse de pies a cabeza. ¡Estas sucias zorras se lo montan a lo bestia en siete fantásticas escenas!
¡A Haven le encanta el culo de Kaylynn de cerca y en persona! Aquí se lo folla con la boca, le mete su juguete de plástico transparente favorito y luego limpia toda la zona con la lengua. ¡Es seguro decir que la parte más limpia de estas guarras es ahora el culo de Kaylnn!
Jay Ashley fue uno de los primeros hombres que se folló a Aurora Snow cuando empezó su carrera. Por aquel entonces Aurora era como nieve nueva, blanca y brillante que acaba de tocar el suelo. Ahora es como aguanieve descuidada que lleva semanas bajo el tráfico de coches.
A Phoenix Ray le encanta que se la follen en la playa. Algunas chicas remilgadas tipo princesa se quejan de que no quieren sentarse en la suciedad o llenarse el culo de arena... Phoenix no, ¡ella está dispuesta a practicar sexo sucio en cualquier momento y en cualquier lugar que su hombre se lo pida!
Brittney Jade intenta mantenerse limpia y ordenada durante esta follada al aire libre, y lo hace bien hasta el final, cuando Pay Myne le empapa toda la cara de semen. ¡Sus mejillas y su barbilla arrastran tanto semen que lo mismo le da limpiársela con una manguera de incendios!
Jason Mccain tiene los sentidos enloquecidos por el dulce olor de los agujeros de Haven. Su coño huele a melocotón y su aliento huele a albaricoque. Meterle la polla dentro es como clavársela en un cuenco caliente de fruta, ¡por los aromas que desprende!
Randy Spears es mucho mayor que Faith Adams. Recuerda tiempos pasados en los que las mujeres estaban mucho más dispuestas a hacer guarradas en el dormitorio que ahora. Esta escena es una retrospectiva de aquellos tiempos, que incluye un trabajo de cámara y una escenografía que pretenden retrotraernos a finales de los años 70.
Alto y orgulloso es como Jenna Haze se lo monta. Cuando Steven St. Croix va a por todas y le entierra la polla hasta las pelotas por detrás, puedes oírla chillar y verla temblar, ¡pero también puedes estar seguro de que no va a rendirse!